jueves, 11 de enero de 2007

Los primeros pasos de Olsenn

A medida que pasaba el tiempo, mi idea acerca del carácter solitario de Olsenn iba haciendose mas fuerte. El constante seguimiento me daba pruebas irrefutables al respecto. En cada oportunidad que logrè seguir sus pasos, jamás lo habìa visto encontrarse con alguien que supusiera una relación en su vida. No obstante, nunca evitaba realacionarse con nadie hasta donde podìa observar.
Todo parecìa indicar que sus encuentros eran fortuitos y no habìa encontrado evidencia alguna de lo contrario. Mis suposiciones siempre me llevaban a las mismas preguntas.
¿Quièn era realmente Olsenn ?. ¿De dònde era ?. ¿Serìa criollo o habrìa llegado de alguna remota latitud?. De ser asì. ¿Que lo habìa motivado a llegarse hasta estas tierras ?.
Estas preguntas llevaban largo tiempo en mis pensamientos y mi curiosidad me habìa forzado a buscarles una respuesta. Tenìa en mi poder cierta información, que no me habìa sido en absoluto sencillo conseguir. A travès de exhaustivas consultas y encuentros fortuitos, tenìa un trazo aproximado de la procedencia del Catedràtico.

“Nelson Olsenn viò la luz un 28 de Noviembre de 1903 a las veintitrés horas y cuarenta y cinco minutos. Todavía existen fuertes discusiones en referencia al horario, ya que ver la luz en ese momento implicarìa un milagro. Nacido en Noruega, mas precisamente en su Ciudad Capital, Oslo. La Portuaria ciudad lo recibiò y lo acuno en sus primeros años de vida, aunque nadie se lo habia pedido.
Hijo del matrimonio de Erling Olsenn y Asa Haraldsen, Nelson demostrò dotes excepcionales desde pequeño. Lamentablemente nadie pudo precisar en que rama se hacìan evidentes.
Nelson no fuè hijo ùnico aunque fuè ùnico de todas formas.
Como el mayor de tres hermanos, tuvo que afrontar enormes responsabilidades desde pequeño. Sus hermanos fueron bautizados como Sunniva Olsenn y Halvard Olsenn. Actualmente residen en la ciudad de Bergen.
Sunniva, aunque no puedo asegurarlo, tenìa una belleza singular. En algunos casos las referencias parecen sugerir, que singularmente no presentaba belleza alguna. Era dos años menor que Nelson.
Halvard, bueno, de Halvard no se hacen demasiadas referencias. Excepto cuando las historias sugieren, que Nelson no tenìa la altura suficiente para alcanzar ciertos objetos. En esas situaciones Halvard, a pedido de su hermano, hacìa de banqueta humana. Halvard era tres años y medio menor que Nelson.
Los registros aseguran que, Olsenn en su infancia, habìa sentido la imperiosa necesidad, la obligación irrevocable tal vez, de adiestrar a sus hermanos para enfrentar la vida. El pequeño Nelson estaba convencido que, la ùnica forma de lograrlo, residìa en enfrentarlos a cualquier situación que pudiera sugerir un desafìo, e inspirara temor al mas osado mortal. Situaciones que en general debìa enfrentar èl.
Frente a la sorpresiva transferencia que el Frigorìfico Skrei decidiera para Erling. A medidados de 1905, la familia Olsenn se muda a la Ciudad de Mo. Con un Nelson de apenas un año y medio, sin saber realmente dònde iban y con Asa encinta.
Alli naciò Sunniva por supuesto, pero tambièn cuentan que Nelson conoció el amor ........”

No era demasiado, eran solo apuntes sueltos que habìa comenzado a elaborar. Todavìa quedaba mucho material por organizar de todos los datos obtenidos hasta el momento.
Ese dìa no habìa logrado encontrar a Olsenn. Habìa estado esperandolo, desde temprano, en un café al que nunca lo habìa visto entrar. El bar daba frente a su departamento.
Se habìa hecho muy tarde, ya el dìa destilaba sus últimos hilos de luz. Pague la cuenta y un poco apenado salì con la mirada fija en el suelo.
Habìa recorrido unos diez metros de vereda cuando sentì el impacto. En mi abstracción habìa chocado con un transeúnte.
Levante la vista para disculparme.
Era Olsenn!. El mismo Olsenn en persona estaba frente a mi, me quede mudo, no pude decir una palabra.
El Catedrático me mirò y sonriendo me dijo:

- No se sorprenda tanto mi amigo, nada en la vida es casual. Tendremos que pensar porque chocamos. Que tenga usted muy buenas noches.
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